EL PROYECTO EHT LOGRA LA PRIMERA IMAGEN DE UN AGUJERO NEGRO

EL PROYECTO EHT LOGRA LA PRIMERA IMAGEN DE UN AGUJERO NEGRO

El 10 de Abril de 2019 pasará a la historia por ser el día que la humanidad contempló un agujero negro por primera vez. No es una imagen en luz visible, es decir, no es una fotografía como tal, sino en una longitud de onda de 228 Ghz, una longitud de onda de radio. Para obtener esta imagen se han tenido que calibrar y procesar ingentes cantidades de datos, del orden de petabytes, mediante supercomputadoras pertenecientes al Instituto Max Planck y al Observatorio del Haystack del MIT.

Imagen del agujero negro de M87 obtenida después de procesar los datos.

En él se puede ver que el agujero negro es el círculo negro dentro del anillo de luz, y el borde de este se corresponde al horizonte de sucesos El anillo brillante que se ve es el disco de acreción de materia alrededor del agujero. Este disco está girando rápidamente alrededor del agujero, aunque por ahora, no se ha podido medir la velocidad de rotación ni la inclinación del disco de acreción.

Ha sido realizada por una red de ocho radiotelescopios de todo el mundo, aunando esfuerzos en una empresa titánica a nivel internacional, tras décadas de esfuerzo, cooperación y avances tecnológicos.

Esto confirma la predicción de los modelos basados en la relatividad general, reforzando, una vez más, la teoría de Einstein.

El proyecto EHT ( Event Horizon Telescope) ha obtenido la primera imagen de un monstruoso agujero, de 6500 millones de masas solares, en el centro de la galaxia M 87. Una galaxia elíptica gigante situada a 55 millones de años-luz, fácil de ver con telescopios de aficionado, siendo la más luminosa de la zona norte del cúmulo de Virgo.

La galaxia M87 en el centro de la imagen del Cúmulo de Virgo. Crédito: Rogelio Bernal

Con una magnitud de 9,59, es una galaxia asequible para quien se anime a verla en las noches de primavera, e imaginar que, dentro de ella, hay un agujero negro supermasivo en el que la concentración de la masa es tal, que el campo gravitatorio que genera impide que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, pueda escapar de él.

Roberto López, socio de la AAMS.

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