En muchas charlas y observaciones de la agrupación se nos ha hecho alguna vez esa pregunta y, de entrada, no se puede dar una respuesta escueta a una pregunta tan compleja. Te animo, estimado lector, a leer este post hasta el final para que puedas valorar en su justa medida los beneficios de la astronomía y la exploración espacial y, en consecuencia, crearte una opinión fundamentada de para qué sirve, sus aplicaciones, y si merece la pena invertir el dinero del contribuyente en estas cosas.
La AAMS la forman personas ávidas de conocimiento, que además nos maravillamos con la belleza que vemos a través del ocular de nuestros telescopios. Simplemente por la belleza de esas imágenes ya se puede justificar su existencia, al igual que nos puede parecer bella una pintura de Van Gogh o una sinfonía de Mozart.
Pero si algo mueve al ser humano es la curiosidad. Algo tan innato y tan humano como es el deseo por el conocimiento, por aprender, por saber cómo funcionan las cosas, por explorar.
Sí, el ser humano es curioso por naturaleza. Somos exploradores, siempre lo hemos sido. Si no lo fuéramos, nuestros ancestros no hubieran emigrado de África al comienzo de la humanidad, ni Marco Polo hubiera ido al Lejano Oriente, ni James Cook habría viajado por el Pacífico, o Amundsen a la Antártida, y Colón jamás se hubiera embarcado en una especie de ataúdes de madera con rumbo a lo desconocido para acabar descubriendo otro continente. Y ahora, explorar el universo es otro paso más.

Pero hablemos de astronomía. Desde la antigüedad el ser humano ya miraba el cielo para identificar las estaciones del año, y decidir así cuándo plantar sus cosechas. De hecho los calendarios más antiguos estaban basados en las fases lunares, y la posición de las estrellas era sumamente importante en el comienzo y finalización de las mismas. Sirio, por ejemplo, para los antiguos egipcios anunciaba el comienzo de las crecidas del río Nilo .También ayudó a orientarnos en la navegación de los océanos (recuerda, somos exploradores), pero sobre todo, la visión del firmamento intenta responder a la siguiente pregunta trascendental: ¿de dónde venimos?

La astronomía resuelve cuestiones fundamentales sobre nuestra existencia y sobre el universo. Nos permite tener conciencia de nuestro “lugar”, de cómo encajamos en él. Saber que no somos el centro del universo, en los tiempos de Copérnico, y más tarde de Galileo, desató en su época una revolución en la religión, y en la ciencia, en el cual la sociedad tuvo que adaptarse a esta nueva visión del mundo.
También la astronomía nos ayuda a valorar nuestro planeta, y a cuidarlo. Son muchos los satélites artificiales que nos orbitan analizando continuamente nuestra atmósfera, y nos proporcionan datos relevantes como el grosor de nuestra capa de ozono, tan importante para la vida, los niveles de contaminación, o para prevenir los efectos de desastres naturales como los huracanes que periódicamente azotan las costas, lo cual nos permite prepararnos ante su llegada con días de antelación, salvando miles de vidas.
Saber que el Sol emite radiación ultravioleta, que nuestra atmósfera filtra parte, y que en exceso es perjudicial para nosotros, nos sirve para protegernos. Cuando nos ponemos la crema solar con factor UV, pensad que detrás de esto hay mucha investigación astronómica detrás. El estudio de la influencia del Sol, además, nos ayudan en la comprensión de los procesos del clima, concienciarnos de los dramáticos efectos del cambio climático, y actuar contra ello. El efecto invernadero, por ejemplo, se detectó por primera vez en Venus. Este conocimiento, obtenido en otro mundo, podría ayudarnos a salvar el nuestro. Como veis, la astronomía es muy importante.
Por no hablar de la monitorización de los objetos del sistema solar, que permite predecir las amenazas de nuestro planeta. No es un asunto menor, la extinción de los dinosaurios ya nos ha advertido que tarde o temprano caerán más asteroides o cometas. No va a pasar mañana, pero es algo que, irremediablemente, ocurrirá, y en su día deberemos estar preparados para neutralizar la amenaza.
Pero un lector que haya llegado hasta aquí, en busca de una respuesta a la pregunta que se ha formulado en la cabecera, podría decir: sí, ya, todo está muy bien pero, ¿qué aplicaciones prácticas tiene todo esto? ¿Por qué debemos invertir en ciencia? ¿Qué beneficios inmediatos tiene en la sociedad? ¿Gastamos mucho en ciencia y exploración espacial? ¿No será mejor gastar dinero en otra cosa? ¿Qué hay de la pobreza, del hambre o de la desigualdad?
El gasto de un país se diversifica en multitud de partidas presupuestarias. Sanidad, educación, defensa, infraestructuras, servicios sociales, dependencia, pensiones, etc. No por quitar partidas en ciencia, y concretamente en gasto espacial y darlo para combatir la pobreza vamos a solucionar el problema, seguramente todo lo contrario. Los políticos, y la gente también, mucha veces solo ve una relación inmediata entre lo que se gasta y el beneficio inmediato que genera.
Invertir en ciencia, investigación y tecnología aporta grandes ganancias, como verás a continuación. Una de las primeras aplicaciones de la astronomía fue la medición de la velocidad de la luz allá por 1676, gracias a la observación del periodo de rotación de los satélites de Júpiter, y ayudó a determinar un valor que era inimaginable hasta entonces. Como sabrás, esa magnitud es un pilar básico de nuestra física actual (sí, eso de la teoría de la Relatividad y La mecánica Cuántica, que muchas veces hemos oído, y estudiado en la escuela). Podríamos decir que la astronomía es el precursor de esa nueva física que comenzó entonces, y responsable de la sociedad tecnológica que tenemos actualmente. Muchas de las cosas que vemos, y tenemos, provienen de la Mecánica Cuántica.
Avances en medicina, biología, óptica, técnicas de computación, comunicaciones y un largo etcétera.
La inversión en ciencia genera, indirectamente, un gran retorno económico (quédate con esta frase), y parte del trabajo de la astrofísica tiene aplicaciones en el día a día de la población. Muchas tecnologías de las que disfrutamos ahora proceden de la investigación espacial. Te pondré unos cuantos ejemplos:
- GPS: imprescindible en nuestras vidas. No solo nos busca restaurantes y nos lleva a los sitios desde nuestro coche, es que de no tenerlo sería imposible entender la realidad de donde vivimos, ya que regula el tráfico aéreo, marítimo y por carretera en todo el mundo.
- WIFI: procede de la investigación en la radioastronomía con origen en Australia, que desarrolló una red de área local inalámbrica ( WLAN), con los efectos a la larga que ya todos sabemos.
- METEOROLOGÍA: cuando hablan del satélite Meteosat parece de lo más normal, que ha estado ahí toda la vida para decirnos si nos podemos ir al pueblo o a la playa el fin de semana, pero es mucho más que eso. Gracias a ellos se planifican cosechas, se controlan plagas, se vigilan incendios forestales y se predicen fenómenos climáticos como El Niño, las gotas frías, o los huracanes o ciclones de los que antes hemos hablado.
- PANELES SOLARES: tan preocupados estamos con el cambio climático y con las energías limpias que nos olvidamos que las células solares de silicio fueron la solución de los investigadores para disponer de energía constante y barata para los satélites y estaciones espaciales.
- TELEVISIÓN VÍA SATÉLITE: quién no ha disfrutado de los mundiales de fútbol o la ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos en directo desde el sofá de su casa.
- CAMARAS DIGITALES: la revolución en fotografía viene con los sensores CMOS, esos que utilizamos actualmente en la mayoría de las cámaras digitales y en los móviles, porque…a quién no le gusta hacerse un selfie y subirlo a alguna red social.
- ORDENADORES PORTÁTILES: la miniaturización de los dispositivos es un avance originario de la tecnología espacial, haciéndolos cada vez más y más pequeños.
Si repasamos alguna de estas cosas y miramos qué tenemos ahora en el bolsillo o encima de la mesa, resulta que tenemos un teléfono móvil que, ohh qué casualidad, es un ordenador que cabe en la palma de la mano con muchas de las características que antes te he comentado. Hace años era inimaginable tenerlo, pero ahora no podríamos vivir sin él. De hecho, si estás leyendo esto ahora a través de tu dispositivo, es gracias a la investigación espacial.
A veces lo desconocemos, pero estamos rodeados de productos que originalmente se pensaron para el espacio. Los tenemos en la casa, en el coche, en emergencias, hospitales, deportes, etc. Seguramente hayas oído hablar de los más típicos, o tópicos diría yo: el teflón de las sartenes, el polvo de refresco Tang, el código de barras o el muy recurrente y popular velcro (es curioso, pero ninguno de los cuatro proceden de la investigación espacial). Sin embargo sí que hay muchos que te sorprenderían: termómetro de oídos, trajes ignífugos de los bomberos, mantas térmicas, herramientas inalámbricas( aspiradoras, taladros), la viscoelástica de los colchones, alimentos deshidratados, detectores de humo, zapatillas deportivas con cámara de aire, pañales desechables, neumáticos mejores y más duraderos, sistemas de depuración de agua ( tan importantes en desastres naturales y situaciones de emergencia), todo tipo de pinturas y materiales anticorrosivos, así como aparatos para encontrar vidas bajo los escombros de un terremoto a través de ondas que detectan ecos de respiraciones y latidos del corazón, o esponjas especiales para absorber vertidos de petróleo, ayudando a limpiar las aguas.
En medicina la investigación espacial ha proporcionado también grandes avances. ¿Quién hoy día puede prescindir del diagnóstico de un TAC o una resonancia magnética?, así como monitorización cardiovascular (sí, los monitores que vemos en las urgencias de los hospitales que monitorizan las constantes vitales de cada paciente), la regulación de las bombas de insulina para diabéticos, sensores para las mamografías, válvulas cardíacas, cirugía ocular por láser, telemedicina, etc. Incluso la radioastronomía también ha desarrollado una metodología que se usa en la detección de tumores y detección de positivos en cáncer de mama, por no hablar de todo tipo de prótesis avanzadas y una lista interminable de moléculas para medicamentos desarrollados en la Estación Espacial Internacional (ISS)
Llegados a este punto, estarás conmigo en que sin muchos de estos avances no se podría explicar esta sociedad tecnológica en la que vivimos, y pensarás que esto tiene que valer un dineral. Bien, vayamos a los números.
La NASA, la agencia espacial de referencia más conocida e importante del mundo, tiene un presupuesto de 19,500 millones de dólares. ¿Mucho? Bueno, es tan sólo un 0,47%, sí amigos, un 0,47% del presupuesto federal de EEUU (dicho de otra manera, de cada 100 dólares, solo 47 centavos de destinan al espacio), mientras que en defensa y armamento gasta la friolera de 716.000 mill. de dólares. ¿A que ya no te parece tanto?
No voy a aburrirte con cifras de las demás agencias, pero sí te voy a hablar de la “nuestra”, la Agencia Espacial Europea (ESA). Su presupuesto anual es bastante inferior, de 5.600 mill. de euros. Te voy a poner un ejemplo muy clarificador. La sonda Rosetta. Esta sonda fue lanzada por Europa rumbo al cometa Churyumov-Guerasimenko en el año 2004, y durante un increíble viaje de más de diez años nos ha ayudado a entender alguna de las partes menos conocidas del universo, enviando importantes datos que permitirán profundizar en los orígenes de la vida y del Sistema Solar.
Durante sus más de diez años el coste total de la misión fue de 1300 mill. de euros. Tal vez te parezca mucho, pero la suma del presupuesto del Real Madrid (700 mill/Euros) y FC Barcelona (900 mill/Euros) de ¡tan solo un solo año! lo supera ampliamente. De hecho daría para otra sonda más ( Venus Express costó 220 mill/Euros) y todavía sobra bastante. Y te puedo asegurar que las sondas hacen mucha más ciencia.
Cuando enviamos una sonda a estudiar los satélites de Saturno, un rover para analizar la superficie de Marte o lanzamos un telescopio espacial para buscar exoplanetas, no sólo son importantes los datos recibidos para comprender nuestro universo, si no porque en su proceso de fabricación se han desarrollado multitud de tecnologías y se ha adquirido un conocimiento valiosísimo.
La ESA es una agencia en la que participan muchos países europeos (concretamente 22), pero ¿cuánto aporta España? Su aportación es de 169 mill. de euros al año. Después de las cifras que te he dado, tal vez ya no te parezca tanto, pero un solo avión caza Eurofighter de la Fuerza Aérea Española vale 118 mill/Euros, y si lo comparas con el fichaje de Cristiano Ronaldo por la Juventus por 112 millones o cuando el PSG fichó a Neymar por 222 mill. de euros, casi parece una cifra insignificante, ¿no crees?
Y ya un último dato, pensaréis que soy muy pesado con el tema del fútbol, probablemente lo sea, pero muchas veces no hay ejemplos tan clarificadores como estos. Aquí están los presupuestos de los organismos públicos de investigación en España. Fijaros en los tres primeros, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), quizás por ser los más conocidos, y compáralos con los Clubs de Fútbol. ¿Qué piensas? ¿Qué conclusión sacas?
La verdad es que no nos gastamos enormes cantidades de dinero en explorar el espacio, nunca las hemos gastado, de hecho, gastamos cada vez menos. Tal vez no nos damos cuenta de que el verdadero despilfarro está en cosas más “terrenales”, dinero que se dedica a otros fines bastante menos necesarios e improductivos. Desde ingentes masas de dinero que van a armamento o rescates bancarios, hasta un sin fin de partidas presupuestarias que se diluyen en chiringuitos, comisiones, comisionistas y todo tipo de tráfico de influencias.
Volviendo a retomar la pregunta que encabeza este post, la astronomía es una rama más del conocimiento humano, y el conocimiento es lo que hace progresar una sociedad. No sólo nos da bonitas imágenes del universo, sino que nos ayuda a comprender su naturaleza. Aprender sus propiedades físicas, y químicas, a través de su estudio y observación, es una inversión rentable que luego aplicamos a la vida cotidiana. La gente se equivoca porque solo piensa en el dinero invertido, no en los conocimientos que se adquieren y su retorno tecnológico. Todo este conocimiento técnico recién adquirido está disponible para su aplicación a tecnologías terrestres y estimula continuamente su desarrollo. Para ello también necesitamos que haya más jóvenes que escojan carreras científicas y es fundamental proporcionarles apoyo para sus investigaciones posteriores.
El espacio es, sin duda, una inversión rentable. Recortar dinero en astronomía e investigación espacial, y por extensión en ciencia en general, contribuye a estancarse y no avanzar. Solamente con ese conocimiento técnico y científico convertiremos La Tierra en un mundo mejor, y para ello el aporte de la astronomía es indispensable.
Roberto López, socio de la AAMS.
Referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Agencia_Espacial_Europea
https://cronicaglobal.elespanol.com/graficnews/nasa-triplica-presupuesto-esa_72762_102.html
https://blogs.publico.es/econonuestra/2015/01/13/el-gasto-espacial-un-derroche-intolerable/